domingo, 9 de octubre de 2011

Canciones, diamantes y sorprendentes coincidencias

Hoy me ha ocurrido una cosa muy extraña. Es una historia de esas de azar y casualidades que nunca dejan de sorprendernos. Por un momento incluso me he sentido observado, como la víctima de una cámara oculta y he pensado que en algún lugar posiblemente había un duende o algún ente entre místico y cachondo descojonándose de risa.

Empecemos por el principio. Llevo no mucho tiempo descubriendo al cantautor Quique González. Imagino que él y su música llevaban mucho tiempo por ahí, pero no ha sido hasta hace escasos días cuando he empezado a interesarme por el artista y escuchar sus canciones. Supongo que ya sabéis como se desarrollan estas cosas; te gusta una canción, la oyes una y otra vez hasta que la quemas, pasas a otra por puro azar -o más bien por lo llamativo del título- y vuelta a empezar. La canción que actualmente no deja de sonar en mis dispositivos de reproducción y por ende en mi cabeza es una baladita muy bonita -y muy triste por cierto- llamada Algo me aleja de ti, uno de esos temas para días nublados. Pues bien, me encontraba ayer en el metro escuchando mi música pese a los intentos de un par de críos de imponerme su guayoneo desde un potente móvil, cuando empezó a sonar la susodicha canción. Dentro de la música, tengo una debilidad especial por las letras, así como la retorcida costumbre de intentar interpretar de que habla la canción y que historia me cuenta. En el caso de esta, el estribillo versa lo siguiente:

La orquesta tocaba Moon River
y el viento dejo de mentir
creo recordar que entonces dijiste
algo me aleja de ti.

Recuerdo nitidamente que me obligué a realizar un apunte mental de que tenía que buscar que canción era Moon River porque no tenía la menor idea, y oye, me interesaba saber que era lo que sonaba de fondo cuando la chica esta -supongo que sería chica- mandaba a paseo tan sutilmente al pobre de Quique. Desconozco si tuvo algo que ver la ingente cantidad de Ron Almirante que consumí después, pero el caso es que el apunte se debió traspapelar mentalmente y con él todo mi proyecto de la musical investigación.
Lo más probable es que mi súbita curiosidad hubiera pasado al cielo donde moran todas mis cosas por hacer que nunca hice ni haré, pero la realidad es que muy de vez en cuando al caprichoso azar le da por no dejar cabos sueltos. El caso es que hoy me encontraba cenando y viendo las noticias con más bien poco interés cuando han empezado a hablar de la película Desayuno con Diamantes (Breakfast at Tiffany's) a propósito de que se cumplen 50 años del estreno del célebre filme. Ni que decir tiene que yo nunca he visto la película y ni siquiera se de que trata, unicamente sospechaba que si eres chica y dices que es de tus preferidas da como un caché así muy fash. En un momento dado de la noticia han hecho referencia a una de "las escenas más famosas de la historia del cine" y esta no era otra que la de la guapísima Audrey Hepburn interpretando una canción en la ventana de su apartamento, mientras es observada por el protagonista, George Peppard, más conocido por Ánibal del Equipo A y sus planes que siempre salían bien.

A estas alturas seguro que yo lo habéis adivinado. Efectivamente, la canción que canta no es otra que mi escurridiza Moon River, y como curiosidad decir que fue escrita expresamente para la actriz además de ser galardonada con el Óscar a la Mejor Canción y Banda Sonora aquel año.


De esta sorprendente manera obtuve la respuesta a una pregunta que no había formulado y de la forma más inesperada posible. Con cosas como esta, es imposible que de vez en cuando no se te dibuje una complice sonrisa.

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