jueves, 6 de octubre de 2011

Nos deja Steve Jobs, el hombre de la manzana

Muchas veces no somos conscientes de como cambian los tiempos y como varía la forma en que la información llega a nosotros. Me ha pasado ya dos veces en los últimos meses, y la secuencia más o menos ha sido la misma. Me encuentro trasteando por las redes sociales, cuando de repente un estado se actualiza con la siguiente estructura "Ha muerto _____! descanse en paz." Acto seguido pienso... ¿¿qué?? y mis dedos vuelan sobre el teclado para confirmar lo que acabo de leer. En segundos estoy en la pestaña de Google correspondiente a la sección Noticias y lo más rápido posible introduzco el nombre del presunto difunto en el cajetín mientras espero que los periódicos de medio mundo confirmen la sentencia. En aquel primer caso fue Amy Winehouse quién nos dejaba. Aunque parezca irónico, por esperado me resultó más impactante, como la certificación de unas oposiciones a pronto final que llevaba preparándose hace tiempo. Eso fue hace ya unos meses y hoy se ha repetido con otra persona.
Esta historia viene al caso de la muerte de Steve Jobs, de la que me he enterado hace escasos minutos. El cofundador de Apple ha fallecido tras una enfermedad que le llevaba mermando ya algún tiempo, justo el mismo día en que se presentaba el esperado iPhone 5, hermano mayor de quizás la mas grande de sus creaciones, el teléfono móvil de Apple (que al final se ha quedado en cuatro y pico, pero esto ya es otra historia). Precisamente hoy al ver las imágenes de la presentación, echaba de menos al bueno de Steve con su barba cana, el terminal en la mano y sus explicaciones de predicador, enmarcado todo por esa pantalla inmensa negra detrás, en una estampa ya casi familiar.
La verdad sea dicha, no soy un fan acérrimo de Apple de los que tanto abundan y su muerte no me llena de pesar más que la de cualquier otra celebridad a la que poco o nada me une. Pero no he podido evitar recordar su famosísimo discurso en la Universidad de Stanford. Han pasado ya años desde lo que vi, y aun me acuerdo lo mucho que me impactó, la sensación que me dejó y la positividad que me trasmitió ese hombre. Una verdadera Historia de Vida, con todas las letras. Solo por eso te dedico esta entrada. Hasta siempre, amigo.

Y una cosa más, algo que me ha dejado una extraña sensación. Minutos después de la noticia, en su artículo de la Wikipedia ya venía actualizada la fecha de su muerte. A veces no somos nadie.



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