Tiempo libre. Mucho. Demasiado y totalmente excesivo. Yo que me he pasado casi toda mi vida intentando hacer lo menos posible, me encuentro por primera vez ante el impetuoso deseo de hacer algo de provecho. Quizás sea la crisis, que remueve conciencias y agita corazones, o la necesidad de desahogarme y dar rienda suelta a mis demonios. El caso es que, aquí estamos dándole a la tecla en la que será la primera entrada de esta criatura recién traída al mundo (ciber) y a la cual deseo como progenitor una larga y agitada vida. Ya veremos si llega al “Ha dicho papá”.

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